Menú Cerrar

Nuestra historia

Un sueño convertido en realidad

Hasta la puesta en funcionamiento de este centro, el 14 de septiembre de 1965, la enseñanza primaria en el Grao de Gandia, estuvo completamente desatendida. De hecho, para una población escolar de 600 alumnos, solo había dos unidades de niños y otras dos de niñas instaladas en casas particulares, totalmente insuficientes e inadecuadas. Debe recordarse que el nivel cultural de este poblado marítimo era tan bajo que el porcentaje de analfabetos ascendía a más del 80% de la población. Casi 20 años antes, en 1947, el Ayuntamiento había aprobado la construcción de un grupo escolar que, aunque se tramitó en el Ministerio, no llegó a ejecutarse por razones desconocidas. Por entonces, solo había cuatro aulas de 30 metros cuadrados, por lo que la casi totalidad de los niños en edad escolar no recibían enseñanza y se dedicaban a merodear por las calles.

Ante esta situación tan angustiosa, los componentes de la Junta Pro-Templo de San Nicolás, acabada de crearse, y alentados y dirigidos por el Cura Párroco, concibieron el proyecto de habilitar unas escuelas. A tal fin se hicieron gestiones cerca de las autoridades locales y provinciales, pero éstas no dieron resultado positivo alguno, teniendo que orientar su actividad hacia la iniciativa privada.

La señora Doña María Calderón, hija de Don Vicente Calderón y actual presidenta, nos cuenta con sus propias palabras el origen de la Fundación: “Para ello y aunque resulte paradójico, tengo que remontarme a los años 50. Yo tenía entonces 8 años y aquel verano de 1951 vine por primera vez con mis padres y hermanos a Gandia, concretamente a esta playa casi desconocida. El pequeño puerto de pescadores de ‘El Grau’ carecía de lo más básico, aunque tenía un encanto especial y mis padres pensaron que aquella zona de la costa levantina tenía un gran potencial de cara al futuro. Bien, deciros que ni en la playa, donde solo había unas cuantas casitas y barracas, ni en el puerto había infraestructuras y faltaba casi de todo. Lo primero una iglesia, ya que la misa de los domingos se impartía en la lonja del pescado”.

“El párroco Don Juan, por sí mismo, no podía hacer mucho para paliar esta situación, pero con la ayuda del arzobispado de Madrid y Valencia, mis padres, sus amigos y muchísimas personas anónimas que contribuyeron, se emprendió la gran tarea de construir una iglesia digna. Con mucho esfuerzo y voluntad, y con todos los recursos socioeconómicos que se consiguieron, en junio del año 1962 se procedió a la inauguración la parroquia de San Nicolás”.

“Os preguntaréis qué tiene que ver todo esto con el Colegio, pero enseguida vais a comprender porqué os estoy contando parte de la vida de mis padres, Vicente y Mari Calderón, como eran conocidos. Mi madre, al igual que la parroquia, siempre tuvo muy claro que era necesario construir una escuela, por supuesto sin ánimo de lucro, para los niños del ‘Grau’ y sus alrededores que, evidentemente, no asistían a ningún centro escolar por la inexistencia del mismo. Una ilusión que no pudo llevar a cabo porque, poco antes de comenzar el proyecto, fallecía en apenas una semana, siendo aún muy joven. Así que mi padre quiso cumplir aquel sueño y, en el año 1964, instituyó en su memoria una fundación y posteriormente un colegio que, en su recuerdo llevara su nombre, aunque bien es cierto que hoy es más conocido como Colegio Calderón. Según consta en las escrituras, se comprometió a la compra de un solar y a construir en él dicho colegio, con todo lo necesario para su puesta en marcha”.

 

Las subvenciones estatales permitieron posteriormente el normal funcionamiento del colegio. Después de vencer grandes dificultades, el centro empezó a funcionar en el curso 1965-1966 con ocho unidades de enseñanza primaria y dos de preescolar que, sumadas a las cuatro unidades existentes en casas particulares, resolvían el problema de la escolarización entonces existente.

La creciente demanda de puestos escolares determinó una primera ampliación del colegio hasta un total de doce unidades de E.G.B. y dos de párvulos, ampliación que tuvo efecto en el curso 1971-1972. Finalmente, en el curso 1973-1974 registró una nueva ampliación, de manera que el colegio quedó configurado como un centro de E.G.B. de dieciséis unidades, cuya clasificación definitiva fue acordada por O.M. de 23 de diciembre de 1982 (la clasificación definitiva de las unidades de preescolar se había producido por orden aparecida en el B.O.E. del 11 de septiembre de 1974). También se dio solución al problema de la educación especial mediante la creación de 2 unidades específicas de Educación Especial, que fueron aprobadas por el Ministerio el 11 de junio de 1979.